La reciente imposición de un arancel del 17% al jitomate mexicano exportado a Estados Unidos ha generado tensión entre ambos países.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, rechazó la decisión, argumentando que el jitomate mexicano es insustituible en el mercado estadounidense, donde abastece el 90% de la demanda, equivalente a 4 mil 300 millones de libras anuales y 2 mil 800 millones de dólares.
Durante su conferencia en Palacio Nacional, Sheinbaum indicó que este producto se seguirá exportando pese al gravamen y que se continuará negociando en Washington para evitar el alza arancelaria.
Además, anunció una próxima reunión con productores nacionales para diseñar apoyos al sector.
Las asociaciones agrícolas mexicanas destacaron que no hay otro país que pueda suplir al jitomate mexicano y defendieron su calidad y competitividad.
Las secretarías de Economía y Agricultura lamentaron la medida, calificándola de injusta y con motivaciones políticas. Además, con esta decisión Trump está rompiendo un acuerdo firmado en 2019, en el cual no se imponían aranceles al jitomate mexicano.
Paralelamente, Sheinbaum intenta frenar un posible arancel adicional del 30% sobre exportaciones mexicanas previsto por el gobierno de Trump, buscando minimizar las afectaciones económicas para México.
