Donar es la nueva terapia de la felicidad, lo dice la ciencia

¿Quieres ser feliz? ¡Dona! Así es, la neurociencias nos lo han comunicado porque ya lo estudiaron, resulta que donar estimula las áreas cerebrales de recompensa a niveles que ni te imaginas.
La filantropía nos hace más felices porque activa los circuitos neuronales de recompensa y empatía en nuestro cerebro. Cuando participamos en acciones filantrópicas, cuando donas víveres, dinero, tiempo, cuando eres voluntario, experimentas satisfacción y puedes expresar tus valores y sentido del mundo, lo dice la ciencia.

Así es, los estudios en neurociencia han demostrado que contribuir con otros estimula el nucleus accumbens, que es el centro de la motivación y el sistema de recompensas cerebral, así lo explica el Dr. Eduardo Calixto, neurocientífico.
La generosidad y la felicidad están estrechamente relacionadas. Un estudio realizado por la Universidad de Lübeck: “El vínculo neurológico entre la generosidad y la felicidad”, demostró que gastar dinero en otras personas en lugar de en uno mismo aumenta la actividad cerebral asociada con la felicidad. Además, comprometerse con acciones generosas activa el cuerpo estriado ventral, lo que nos deja en un estado general de mayor felicidad.
El cerebro humano está cableado para practicar el altruismo y el cuidado de los demás. La Teoría del Cerebro Altruista de Donald Pfaff, sugiere que nuestra programación cerebral nos impulsa a ser buenos y solidarios. Incluso desde el vientre materno, estamos predispuestos a la solidaridad y a entrar en un mundo amistoso.
Cuando se realiza una acción filántropa, el cerebro libera serotonina, endorfina, dopamina y oxitocina que activan el circuito de recompensa cerebral
Donald pfaff
La generosidad también tiene un componente genético. Un estudio realizado por la Universidad Hebrea de Jerusalén encontró una variación en el gen AVPR1a que está asociada con comportamientos más generosos. Las personas que presentan esta variante genética tienden a donar más dinero a otros en comparación con aquellas que no la tienen.
Donar dinero a otros produce felicidad porque activa el circuito de recompensa cerebral. Cuando realizamos acciones filantrópicas, nuestro cerebro libera serotonina, endorfina, dopamina y oxitocina, lo que nos hace sentir bien y reduce el estrés. Además, se ha demostrado que la generosidad está asociada con una mejor salud, reducción de la presión sanguínea y mayor expectativa de vida.

En resumen, la filantropía nos hace más felices porque activa los circuitos neuronales de recompensa y empatía en nuestro cerebro. Contribuir con otros estimula el nucleus accumbens y nos permite expresar nuestros valores y sentido del mundo. Además, la generosidad está relacionada con una mayor felicidad y bienestar, y nuestro cerebro está programado para practicar el altruismo y el cuidado de los demás.
Así que sí, donar te hace y se siente bien…



