Furor por oso de Starbucks, “Bearista Glass” 2025, revela dinámicas de consumo impulsivo

El reciente lanzamiento del vaso de oso de Starbucks, “Bearista” generó una movilización nacional que no sólo provocó filas de varias horas, sino que también dejó al descubierto la facilidad con la que un artículo promocional puede convertirse en el centro de una dinámica colectiva de consumo impulsivo.
En distintas ciudades del país (Querétaro no fue la excepción), las sucursales reportaron la llegada de clientes desde la madrugada, motivados por la expectativa de conseguir el peluche antes de que se agotara. La escena se repitió en múltiples puntos: largas filas, rapidez en la compra y un agotamiento casi inmediato del producto.
A medida que avanzó la mañana del lanzamiento, la demanda superó ampliamente la capacidad de las tiendas. En varios establecimientos, los trabajadores explicaron que la cantidad de unidades disponibles era limitada y que los artículos destinados a la venta se terminaron en pocos minutos. El fenómeno dejó clara la influencia que tiene la percepción de disponibilidad restringida en la toma de decisiones de compra.
Precios oficiales y disponibilidad limitada del vaso de oso
El Bearista Cup de Starbucks se lanzó en México con un precio oficial cercano a los 869 pesos, en una edición limitada que incluyó alrededor de 37 mil piezas distribuidas en todo el país. La baja disponibilidad por tienda generó alta demanda desde las primeras horas.
El impacto se intensificó cuando comenzaron a aparecer reventas del vaso de oso de Starbucks a precios considerablemente más altos que su costo original. Diversas plataformas registraron publicaciones donde se ofrecía el peluche a valores multiplicados por tres, cuatro o incluso más. Este mercado paralelo se convirtió rápidamente en parte del fenómeno, evidenciando cómo la cultura de la escasez crea oportunidades de especulación y de valorización artificial de artículos de temporada.
El comportamiento fue documentado en cientos de publicaciones en redes sociales, donde usuarios comentaron los precios inflados y la rapidez con la que surgieron estas ofertas.
Mercado secundario: el inicio de la reventa
Apenas horas después de su salida, comenzaron a aparecer publicaciones en plataformas de reventa donde el vaso se ofrecía a montos muy superiores al precio original. En estos espacios se reportaron ofertas desde los 2 mil 299 pesos para versiones no oficiales o usadas, mientras que modelos con apariencia similar al original fluctuaron alrededor de los 3 mil 500 pesos.
El papel de las redes sociales resultó determinante. Miles de publicaciones, fotografías y videos contribuyeron a amplificar el fenómeno, impulsando la percepción de que el vaso de oso era un objeto “indispensable”. La difusión masiva reforzó la sensación de urgencia y normalizó las filas, la búsqueda continua y la rápida circulación del inventario. Este comportamiento colectivo fue visible en todas las plataformas digitales, donde el oso se posicionó como tendencia nacional durante varias horas.
Precios para piezas anunciadas como originales
Las publicaciones que aseguraban contar con vasos originales, nuevos y en estado de colección, alcanzaron precios más altos dentro del mercado secundario. En esos casos, los montos más frecuentes oscilaron entre 4,500 y 6,499 pesos, lo que representa un incremento significativo respecto al costo de lanzamiento.
Hasta el momento, Starbucks no ha emitido una postura detallada sobre el volumen de inventario, la distribución de unidades o la posibilidad de reabastecimiento. La ausencia de claridad sobre la disponibilidad del vaso ha permitido que el tema continúe generando conversación y manteniendo la atención del público.
Reventa del oso
El caso del oso de Starbucks se suma a otros fenómenos recientes donde artículos de temporada o mercancía limitada desencadenan comportamientos de compra intensivos. La rapidez con la que se agotó, la aparición de reventas de alto costo y la insistencia de consumidores por encontrarlo ilustran cómo operan las dinámicas de escasez, viralidad y marketing en un entorno de consumo acelerado.
Más allá del carácter promocional del producto, su impacto refleja un patrón ya frecuente en la cultura comercial: la transformación de objetos cotidianos en bienes altamente deseados por efecto de su disponibilidad restringida y del impulso colectivo generado en redes sociales.
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