El 2 de octubre en México: memoria, dolor y resistencia

El 2 de octubre en México está marcado por uno de los episodios más oscuros en la historia contemporánea: la matanza de Tlatelolco en 1968.
Ese día, en la Plaza de las Tres Culturas, cientos de estudiantes, maestros y ciudadanos que se manifestaban pacíficamente fueron reprimidos por fuerzas militares y policiales.
Aunque el número exacto de víctimas sigue siendo motivo de debate, investigaciones y testimonios coinciden en que se trató de un acto de violencia de Estado.
Significado del 2 de octubre en México
Con el paso de los años, el 2 de octubre en México trascendió de la tragedia a convertirse en un símbolo de memoria y resistencia.
La consigna “¡2 de octubre no se olvida!” sigue resonando en las calles como recordatorio de la lucha por los derechos estudiantiles, la libertad de expresión y la justicia social.
Cada año, miles de personas marchan desde Tlatelolco hacia el Zócalo capitalino. Acuden no sólo a rendir homenaje a las víctimas, sino también a reclamar verdad, justicia y garantías de no repetición.
El legado de esta fecha en México
El 2 de octubre en México también dejó una enseñanza sobre el poder de la organización estudiantil y la importancia de la memoria histórica.
Para muchos jóvenes, la fecha es un punto de encuentro entre generaciones que, a lo largo de cinco décadas, han enfrentado distintos contextos de represión, desigualdad y demandas sociales.
Hoy, la conmemoración es un acto de resistencia cultural y política. La exigencia permanece vigente: justicia para las víctimas y reconocimiento pleno de los hechos como un crimen de Estado.
El 2 de octubre en México nos recuerda que la historia no puede borrarse y que la memoria colectiva es un arma fundamental para enfrentar la impunidad.
Impunidad
Diversos testimonios y archivos desclasificados señalan al entonces presidente, Gustavo Díaz Ordaz, y a su secretario de Gobernación, Luis Echeverría Álvarez, como los principales responsables de la represión.
Bajo su mando, el Ejército y el Batallón Olimpia desplegaron una operación que derivó en disparos contra la multitud en Tlatelolco.
Aunque en 2006 la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales intentó procesar a Luis Echeverría por genocidio, el caso fue cerrado sin sentencia firme.
Hasta hoy, ningún alto funcionario ha sido castigado, lo que ha reforzado el carácter simbólico de la frase: “2 de octubre no se olvida”.




