“Felices Pascuas”, dijo con voz tenue el Papa Francisco frente a una multitud de más de 50,000 personas en la Plaza de San Pedro. Nadie imaginó que esas serían sus últimas palabras públicas antes de su partida. Hoy, el mundo católico despide a uno de los líderes más influyentes de nuestra era.
El Papa Francisco fallece tras su último mensaje de Pascua
Este domingo de Resurrección, el Papa Francisco compartió un último mensaje que resonó profundamente entre los fieles:
“Renovemos nuestra esperanza y nuestra confianza en los demás, incluso en quienes son diferentes a nosotros o vienen de tierras lejanas… Porque todos somos hijos de Dios”.
Estas palabras, leídas por un clérigo desde el balcón de la Basílica de San Pedro mientras él observaba en silencio, marcaron su última aparición pública.
Menos de 24 horas después, el Vaticano anunció su fallecimiento en Roma a los 88 años de edad.
“A las 7:35 de esta mañana (hora local), el Obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre”, declaró en un comunicado el cardenal Kevin Farrell, camarlengo del Papa.
“Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente a favor de los más pobres y marginados”, añadió con emoción.
Una vida al servicio de la fe y la humanidad
De nombre secular Jorge Mario Bergoglio, Francisco fue elegido como líder de la Iglesia católica en marzo de 2013, siendo el primer Papa de origen latinoamericano y el primero en suceder a un pontífice vivo tras la renuncia de Benedicto XVI.
Su muerte se produce luego de un periodo de salud delicado que incluyó cinco semanas de hospitalización por neumonía. No obstante, el pontífice continuó con algunas apariciones públicas hasta sus últimos días. Si bien no asistió a los servicios del Viernes y Sábado Santo, sí participó en la conmemoración del Jueves Santo con una visita a la prisión de Regina Coeli, aunque no realizó el tradicional lavatorio de pies.
Su fallecimiento coincide con el cierre de la Semana Santa, el momento más solemne del calendario católico. Tras la confirmación oficial de su muerte, el Vaticano informó que su cuerpo será depositado este lunes por la noche en una capilla de la residencia de Santa Marta, donde vivió desde el inicio de su pontificado.
El cardenal Farrell, como camarlengo, estará a cargo del protocolo de duelo y las ceremonias funerarias, que tradicionalmente inician entre el cuarto y sexto día después del deceso y se extienden por nueve días. El miércoles se trasladará su cuerpo a la Basílica de San Pedro para que los fieles puedan presentar sus respetos.
Fiel a su estilo humilde, Francisco pidió evitar ceremonias ostentosas. Su cuerpo no será expuesto en un catafalco elevado, sino en su ataúd abierto dentro de la basílica. También solicitó un entierro en un sencillo ataúd de madera, y no en los ataúdes tradicionales de tres capas usados por sus predecesores.
A diferencia de otros papas, Francisco no será enterrado en la cripta de la Basílica de San Pedro. Su deseo fue descansar en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, un gesto más que refleja su vida de sencillez, cercanía y compromiso con el pueblo.
¿Qué sigue para la Iglesia?
Tras su muerte, se activa el proceso de elección del nuevo Papa mediante el cónclave, que reúne a los cardenales electores entre 15 y 20 días después del fallecimiento. Hasta entonces, las funciones papales serán asumidas por el camarlengo y su equipo de cardenales asistentes.
El legado del Papa Francisco queda como ejemplo de empatía, valentía y servicio. Su partida marca el fin de una era profundamente transformadora para la Iglesia católica.
