México no se niega a compartir el agüita con Estados Unidos, pero Sheinbaum ya dijo que solo “hasta donde se puede”. Y no es berrinche: es supervivencia.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, tiró la neta esta semana: sí, se le dará agua a EE.UU., pero solo la que realmente se puede entregar sin dejar seco al país. Todo esto en el marco del ya veterano Tratado de Aguas de 1944, que parece más vigente que nunca con las broncas del cambio climático.
En su mañanera de este martes, Sheinbaum explicó que ya se revisó cuánto líquido hay disponible en las presas y que, después de ese cálculo, se acordó entregar solo lo que no ponga en riesgo ni a los agricultores mexicanos ni al consumo humano.
“Se entrega la cantidad de agua hasta donde se puede”, soltó, muy al estilo de Benito Juárez (pero en versión 2025).
Lluvias que salvan acuerdos
Gracias a las lluvias recientes en Tamaulipas —sí, esas que normalmente solo sirven para hacer memes de calles inundadas— México pudo reducir la cantidad de agua comprometida a Estados Unidos.
Eso sí, ni hablar de renegociar el tratado: Sheinbaum dejó claro que ambos países están de acuerdo en que sigue siendo funcional, así que no se moverá ni una gota en el papel.
¿Y qué más están haciendo?
La presidenta también contó que su equipo ya está en modo eficiencia total, trabajando en nuevos sistemas de riego en Chihuahua, Sonora y Coahuila (los estados frontera). Esto, según el plan, permitirá usar menos agua y cumplir más fácilmente con los compromisos en el futuro.
Y por si te lo preguntabas:
No, no es que México se esté rajando. Solo se está aplicando el sentido común para no terminar regando allá… y secándonos acá.
Lo que dice el Tratado de 1944
Por si no lo tenías en radar, el tratado establece que México debe entregar 2,160 millones de m³ de agua cada cinco años a EE.UU. vía los ríos fronterizos. A cambio, nosotros nos quedamos con 9,250 millones, así que el trato no suena tan mal… hasta que llega la sequía y deja el vaso medio vacío.
