Querida Taylor, detectamos una red flag en tu relación, de nada…

Hay algunas señales que son claras, ¿no? Como las infidelidades, ¡boom! Pero hay otras que son más sutiles y pueden pasarnos de largo si no estamos atentos. Porque sí, amigos, no siempre es fácil ver las red flags en nuestras relaciones…
Ya sabemos qué hace que una relación sea top: comunicación, respeto y confianza. Pero, ¿qué pasa cuando empiezan a aparecer esas banderas rojas? ¿Cómo saber si lo que tenemos no es tan sano como pensábamos? Esas señales, esas que nos hacen sentir mal, nos ponen en alerta. Ahí es cuando tenemos que decir, ¡alto! y poner atención.

A veces, algo en nuestro interior nos dice que algo no cuadra, pero lo ignoramos porque no queremos perder al otro, ¿verdad? O porque pensamos que las cosas van a cambiar. Pero si algo nos hace sentir mal, inseguros o nos deja sin voz, probablemente estemos ante una señal roja.
Lo importante es la comunicación, chicos. Si algo no nos gusta, lo hablamos. Pero ojo, la reacción del otro es clave. Si nos desprecian, gritan o ni siquiera quieren hablar, ahí sí que hay un problema serio de comunicación.
Ahora, ¿cuáles son esas señales de alerta más comunes? Los celos extremos, la envidia, las mentiras constantes, el exceso de halagos y atenciones al principio de la relación (¡ojo con eso!), el control exagerado de la otra persona, pero también las reacciones agresivas con las personas que nos rodean, porque aunque no seas tú el primer blanco de tu pareja, nada te asegura que no lo serás…
Es más, si es de los que avienta cosas, maltrata el celular, le pega al escritorio o a cualquier objeto, la mayoría de las veces lo que sigue es agresión física a las personas.
Y entonces, ¿qué hacemos? Lo primero es hablar con empatía y cariño, ver si la otra persona está dispuesta a revisar lo que sucede y transformar su comportamiento. Si no, amigos, hay que tomar decisiones difíciles, pero siempre pensando en nuestro bienestar.
Y hablando de señales rojas, ¡el Super Bowl LVIII nos dio una! Travis Kelce, cuando reaccionó intempestivamente mal con uno de sus entrenadores, a los swifties no les gustó nadita esa actitud ¡a ver si te calmas!
En fin, amigos, el amor es complicado, pero nunca hay que perder de vista nuestro bienestar. ¡A cuidar esos corazones!


