El agua en Querétaro está desapareciendo a un ritmo preocupante. Las presas del estado han perdido el 37% de su capacidad, encendiendo las alarmas sobre el suministro para la población y la actividad agrícola.
De acuerdo con el monitoreo más reciente, la falta de lluvias y el aumento en la demanda han sido factores clave en esta disminución. Expertos advierten que, si la tendencia continúa, el abastecimiento de agua podría verse comprometido en los próximos meses, afectando tanto a zonas urbanas como rurales.
Las autoridades han instado a la población a tomar medidas de ahorro y a optimizar el uso del recurso. Mientras tanto, se analizan estrategias para mitigar la crisis, incluyendo la posibilidad de restricciones en el consumo.
La reducción en los niveles de las presas no solo afecta el acceso al agua potable, sino que también representa un reto para el sector agrícola, que depende de estos cuerpos de agua para el riego de cultivos. Con un panorama incierto, Querétaro enfrenta un desafío que requiere acciones inmediatas.
