¿Qué pasó en la protesta contra la gentrificación en La Roma y La Condesa?
Decenas de vecinos, activistas y colectivos barriales tomaron ayer las calles de la Roma y la Condesa para denunciar lo que llaman “el desplazamiento silencioso” que la gentrificación ha traído a la capital. Bajo consignas como “La ciudad no se vende” y “Vecinos, no turistas”, los manifestantes marcharon desde el Parque México hasta la alcaldía Cuauhtémoc, exigiendo a las autoridades políticas públicas más firmes para contener el alza desmedida de rentas y el turismo desregulado.
La manifestación comenzó de forma pacífica, con pancartas, consignas y performance callejero que narraba historias de familias obligadas a dejar sus hogares tras décadas de residencia. Sin embargo, conforme avanzaron hacia la sede de la alcaldía, un grupo de encapuchados rompió la calma: rompieron vitrinas de cafeterías y boutiques, lanzaron pintura y pintaron grafitis en fachadas de negocios que, aseguran, encarnan la sustitución de lo local por lo “hipster” y lo extranjero.

Imágenes extraídas de @antigentrificacion.mx
En medio de la tensión, se reportaron enfrentamientos verbales y empujones con turistas que caminaban por la zona. Algunos manifestantes increparon a creadores de contenido que transmitían en redes sociales, acusándolos de lucrar con la imagen de barrios que han cambiado radicalmente en menos de una década. El ambiente se crispó aún más con detonaciones de petardos e, incluso, disparos al aire que, según autoridades, no dejaron personas lesionadas pero encendieron la alerta de las fuerzas de seguridad.
Empresarios de la zona y organizaciones de comerciantes también expresaron su preocupación, señalando que estos hechos dañan la imagen de la ciudad en vísperas de grandes eventos internacionales como la Copa Mundial 2026.
Más allá de los destrozos, la protesta reabrió una discusión de fondo: ¿a quién pertenece la ciudad? Muchos vecinos aseguran que la llegada masiva de “nómadas digitales” y turistas extranjeros ha disparado los precios de la vivienda, ha sustituido negocios familiares por cadenas y cafeterías de moda.



