¿Por qué hacer ‘pis por si acaso’ puede ser más dañino de lo que imaginas?

Cuando pensamos en hacer “pis de por si acaso”, la imagen típica es la de orinar sin necesidad, ya sea antes de salir de casa, antes de acostarse o antes de emprender un viaje largo, todo por miedo, qué digo miedo, verdadero pánico a no encontrar un baño disponible o uno que esté decente. Aunque este gesto se ha normalizado en muchas ocasiones, la uróloga Cristina Barrera, conocida como @laurologadetiktok, advierte que esta práctica repetida puede tener efectos negativos sobre la salud vesical.
“Pis de por si acaso“
Hacer “pis de por si acaso” hace referencia a la práctica de orinar sin sentir la necesidad real de hacerlo, generalmente por precaución. Aunque esta práctica puede parecer inofensiva, los expertos en urología alertan de que orinar sin necesidad puede tener consecuencias perjudiciales a largo plazo, especialmente si se convierte en un hábito recurrente.
¿Qué le hace a mi vejiga tantita precaución?
Puede alterar su funcionamiento, esto ocurre porque, al orinar sin necesidad, el cuerpo se condiciona a anticipar el estímulo de la micción, lo que provoca que la vejiga comience a avisar con mayor frecuencia, incluso cuando no está llena. Este comportamiento puede dar lugar a lo que se conoce como urgencia miccional frecuente, donde la sensación de tener que orinar aparece antes de que la vejiga realmente esté llena.
El proceso de acondicionamiento de la vejiga
Según Barrera, lo que con el tiempo, puede hacer que la vejiga se adapte a volúmenes menores. Este patrón puede alterar el control vesical, ya que la vejiga pierde parte de su capacidad para almacenar orina de manera eficiente, lo que a largo plazo puede resultar en una disminución de la tolerancia al llenado.
De acuerdo con un estudio realizado por la Revista Internacional de Urología (2023), el 30% de las personas que practican regularmente el “pis de por si acaso” reportan una mayor frecuencia urinaria y una disminución en su capacidad para aguantar las ganas de orinar sin ir al baño. Esto se asocia a un incremento en el riesgo de desarrollar trastornos miccionales como la incontinencia urinaria o el síndrome de vejiga hiperactiva, o sea que luego sí será real eso de andar de meón cada dos minutos.
Todos conocemos a alguien que sí o sí debe conocer los baños de los lugares que visita

¿Cómo afecta a la salud a largo plazo?
Aunque este comportamiento puede parecer inofensivo en el corto plazo, la repetición constante de vaciar la vejiga sin necesidad real puede tener efectos negativos sobre el control de la micción. Las personas que desarrollan este hábito podrían experimentar:
- Urgencia miccional frecuente: Sensación constante de tener que ir al baño, incluso cuando la vejiga no está llena.
- Menor capacidad para retener orina: La vejiga pierde su capacidad de almacenar orina de manera adecuada, lo que provoca una necesidad más frecuente de orinar.
- Alteración del deseo miccional: El cuerpo comienza a avisar de la necesidad de orinar antes de que la vejiga realmente lo necesite, lo que puede generar una sensación de incomodidad.
Además, este comportamiento también puede incrementar el riesgo de desarrollar infecciones urinarias recurrentes. Según el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de EE.UU., vaciar la vejiga innecesariamente puede alterar la flora bacteriana del tracto urinario, lo que favorece el desarrollo de infecciones.
No te adelantes, ve cuando realmente tengas ganas.
La clave para mantener una vejiga saludable es respetar el deseo natural de orinar. La uróloga Barrera enfatiza que, para preservar el buen funcionamiento del sistema urinario, debemos acudir al baño solo cuando realmente sentimos la necesidad de hacerlo. Esto no solo mejora la eficiencia de la vejiga, sino que también previene trastornos vesicales a largo plazo.
Guía rápida para evitar hacer“pis de por si acaso”:
- Escucha tu cuerpo: Orina solo cuando sientas la necesidad real de hacerlo.
- No te fuerces: Evita orinar “por si acaso” antes de salir de casa o al acostarte.
- Hidrátate adecuadamente: Mantén un buen balance hídrico, ya que la deshidratación puede hacer que el cuerpo retenga orina innecesariamente.
- Mantén una rutina: Establece horarios regulares para ir al baño y respetarlos.
Ya si de plano, sientes urgencia miccional constante, tienes incontinencia urinaria o dificultad para vaciar la vejiga con normalidad, es momento de ir a urología.



