El presidente Donald Trump intensificó los ataques contra su predecesor, Barack Obama, al acusarlo de “traición” por supuestamente liderar un complot para vincular falsamente su campaña de 2016 con Rusia.
Estas afirmaciones, realizadas el 22 de julio desde el Despacho Oval, se basan en documentos recientemente desclasificados por la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, que, según Trump, evidencian una “conspiración traicionera” encabezada por Obama.
“Esto fue traición”, declaró Trump, alegando que Obama y otros altos funcionarios demócratas, incluidos Hillary Clinton y Joe Biden, intentaron sabotear su victoria electoral mediante acusaciones infundadas de colusión con Rusia.
El portavoz de Obama calificó las acusaciones de “absurdas” y las atribuyó a un intento de desviar la atención de las crecientes preocupaciones sobre las conexiones de Trump con Jeffrey Epstein.
Expertos legales han señalado que las acusaciones de traición carecen de fundamento jurídico, ya que las discrepancias en evaluaciones de inteligencia no constituyen traición según la Constitución de EE. UU.
La oficina de Barack Obama añadió que sí hay información verídica de que Rusia trabajó para influir en las elecciones presidenciales de 2016, pero no manipuló exitosamente ningún voto.
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