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Detectan niveles altos de sal en niñez del área metropolitana

El alto consumo se relaciona con alimentos ultraprocesados y podría derivar en hipertensión en la adultez.

Un estudio realizado por la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), a través del Centro de Investigación Biomédica Avanzada de la Facultad de Medicina, reveló que niñas y niños de 6 a 12 años en municipios del área metropolitana presentan un consumo de sal mayor al recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), especialmente aquellos con obesidad.

A través del proyecto, informó que el promedio de ingesta diaria en menores con sobrepeso es de 5.6 gramos, mientras que lo ideal sugiere un máximo de cinco gramos para personas adultas y menos de cuatro para menores de 7 años. Este exceso se asocia directamente con el consumo frecuente de alimentos ultraprocesados.

Regiones con más yodo, más obesidad infantil

Las investigaciones, iniciadas en 2010, comenzaron midiendo niveles de yodo en la orina de escolares de distintas regiones del estado. Se identificaron contrastes importantes: mientras que zonas como la Sierra Gorda y el Semidesierto presentan deficiencia de este nutriente, en municipios como Querétaro, El Marqués, Pedro Escobedo, Huimilpan y Corregidora, los niveles son altos.

Esta diferencia está relacionada con la legislación mexicana que exige yodar la sal de consumo humano. En estas zonas con mayor prevalencia de yodo, también se detectó un mayor número de casos de sobrepeso y obesidad en escuelas, lo que llevó al equipo a investigar el consumo de sodio —uno de los componentes de la sal— desde 2016.

Riesgos a largo plazo por el exceso de sodio

El sodio, presente tanto en la sal de mesa como en productos ultraprocesados, actúa como conservador y potenciador de sabor. Su consumo excesivo desde edades tempranas está ligado a enfermedades crónicas en la adultez, especialmente hipertensión, aunque en los escolares estudiados aún no se identificaron alteraciones clínicas significativas.

Sin embargo, los datos muestran una tendencia clara: entre los menores de 6 a 8 años con obesidad, el consumo diario fue de cinco gramos; mientras que los de peso normal consumieron 4.6 gramos. En el grupo de 9 a 12 años, quienes tienen obesidad consumen hasta 5.8 gramos de sal al día, en comparación con los 3.4 gramos en niños con peso saludable.

Aunque el yodo es esencial para prevenir enfermedades tiroideas, la inv subrayó que debe consumirse en dosis adecuadas y controladas. El reto está en equilibrar su ingesta sin rebasar los límites de sodio, sobre todo considerando que la industria alimentaria abusa del uso de sal en sus productos.

Foto: Universidad Autónoma de Querétaro

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