El papa Francisco, de 88 años, ha sido hospitalizado en el Policlínico Agostino Gemelli de Roma debido a una bronquitis persistente que ha afectado su salud en los últimos días. Según informó el Vaticano, tras finalizar sus audiencias matutinas, el pontífice fue ingresado para someterse a pruebas diagnósticas y continuar su tratamiento en un entorno hospitalario.
Esta situación ha llevado a la cancelación de sus actividades programadas hasta el lunes, incluyendo la audiencia jubilar prevista para el sábado y la misa del Jubileo de los artistas y del mundo de la cultura del domingo, que será presidida por el cardenal José Tolentino de Mendonça en su lugar.
En las últimas semanas, Francisco había mostrado signos de debilidad, con una voz apagada y el rostro hinchado debido a la medicación. A pesar de su estado, mantuvo su agenda de encuentros, recibiendo a diversas personalidades en su residencia de Santa Marta. Sin embargo, su salud se deterioró progresivamente, lo que llevó a su hospitalización.
No es la primera vez que el papa enfrenta problemas de salud relacionados con infecciones respiratorias. En marzo de 2023, fue ingresado en el mismo hospital por una afección similar, y en noviembre de ese año, una gripe le obligó a cancelar un viaje a Dubái. Además, en junio de 2023, se sometió a una operación por una hernia abdominal. Desde hace dos años, utiliza silla de ruedas y bastón debido a problemas de movilidad.
La bronquitis es una inflamación de los bronquios que puede ser aguda o crónica. En personas mayores, como el papa Francisco, las infecciones respiratorias pueden ser más severas y requerir hospitalización para un monitoreo y tratamiento adecuados. Es fundamental que reciba atención médica oportuna para evitar complicaciones mayores.
La salud del papa es motivo de atención mundial, especialmente considerando su edad y los desafíos que ha enfrentado en los últimos años. A pesar de sus dolencias, Francisco ha continuado con su labor pastoral, demostrando resiliencia y compromiso con su misión.
Es importante destacar que, aunque ha mencionado la posibilidad de renunciar en caso de impedimento grave de salud, actualmente no considera esta opción como inminente. La comunidad católica y el mundo en general siguen de cerca su evolución, deseando su pronta recuperación.
