👨🏻🔬🏥El síndrome de Sjögren: un reto diagnóstico y terapéutico

El reconocimiento del Síndrome de Sjögren se remonta a 1828 gracias al oftalmólogo sueco Henrik Sjögren, quien describió inicialmente los síntomas oculares. No obstante, su clasificación como una enfermedad autoinmune solo se consolidó en la década de 1950. Con una incidencia mayor en mujeres, especialmente aquellas superiores a 50 años, el SS también afecta a hombres, aunque en menor proporción.
La génesis del SS sigue siendo objeto de investigación, postulándose que combina elementos genéticos y ambientales para desencadenar la enfermedad. Personas con predisposición genética pueden experimentar la aparición del SS tras exposiciones a agentes infecciosos. En este contexto, el sistema inmunológico erróneamente ataca las células de las glándulas exocrinas, generando sequedad y potencial inflamación en otros órganos.

El SS se manifiesta principalmente a través de sequedad oral y ocular, pero su espectro puede extenderse a articulaciones, piel, pulmones, riñones, sistema nervioso y vasos sanguíneos, cada uno con características particulares de malestar.
El diagnóstico del SS se fundamenta en la evaluación clínica junto con análisis de laboratorio y pruebas de imagen, destacando la importancia de anticuerpos específicos y estudios de función glandular.
Aunque no hay cura para el SS, el manejo de los síntomas es crucial para mejorar la calidad de vida de los pacientes. Estrategias incluyen hidratación adecuada, uso de lubricantes bucales y evitación de sustancias que agravan la sequedad.
El Síndrome de Sjögren, con su complejidad y variabilidad clínica, requiere un enfoque multidisciplinario tanto en su diagnóstico como en su tratamiento. La investigación continua busca avanzar hacia mejores estrategias terapéuticas y una mejor comprensión de su mecanismo subyacente, esperanzando ofrecer soluciones más efectivas para quienes viven con esta enfermedad.



