Eclipse total, ¿qué pensaban los aztecas cuando el sol se iba de pinta?🌞🌚

Dejemos que el sol y la luna se encuentren en un viaje épico al estilo azteca. Antes de que te hagas bolas como un nudo de espiral, permíteme contarte cómo los antiguos chilangos interpretaban esos momentos donde el cielo se ponía al cien.
Mira, para los aztecas, un eclipse era como el invitado inesperado en la peda cósmica. Lo llamaban “Tonatiuh qualo”, que vendría siendo como “cuando el sol se fue de fiesta”. Imagina, de repente, el sol, que normalmente está chambeando arriba, es devorado por la luna. Sí, literalmente el sol se convierte en el snack nocturno de la luna.

¿Qué onda con los aztecas y sus rollos? Pues, imagínatelos: el sol y la luna eran los VIPS del panteón azteca. Si estos se ponían de capa caída, era señal de que algo gacho estaba pasando. Como cuando en la reunión alguien se enoja y se arma el desmadre. Para ellos, un eclipse podía ser como la señal de que la fiesta del mundo estaba llegando a su fin.
Ahora, ¿qué pensaban los cuates? Pues, para los mayas, por ejemplo, un eclipse era como si el sol se rajara en pleno evento. Además, ellos conocían la duración de las fases lunares y la duración del ciclo solar de 365 días, así que se sabían perfecto lo que sucedería en el cielo y no era fácil sorprenderlos, al contrario, estaban preparados, así que un eclipse no los tomaba por sorpresa. Imagínate, el sol tan campante y de repente, ¡pum!, se hace pedazos. Y ahí andaban los chicos mayas, tratando de juntar los pedacitos del sol como si fuera la piñata rota de la fiesta.



