PEMEX y Rusia: nueva alianza energética en puerta
Rusia está mirando con ojos brillosos el sector energético mexicano y no viene con las manos vacías. Petróleo, minerales críticos, energía nuclear y tecnología que promete ser ecológica: todo eso está sobre la mesa, según lo soltaron en el Primer Foro Empresarial Rusia-México.
Durante el evento, Aleksandr Abrámov, el mero mero comercial de Rusia en México, dejó claro que hay intención de armar alianzas con PEMEX (y otras empresas locales) para explotar petróleo pesado, echar ojo al litio mexicano y hasta compartir su know-how tecnológico.
Lo que Rusia quiere hacer en México:
- Meterse al juego del petróleo pesado con PEMEX como aliado.
- Buscar minerales críticos y usar su tecnología para extraer litio sin dañar al planeta.
- Compartir su experiencia en infraestructura energética, regulación y hasta innovación.
Actualmente, Rusia genera 2.6 veces más electricidad que México y planea seguir creciendo a un ritmo de 1.2 % anual hasta 2030, alcanzando casi 299,000 MW. Spoiler: quieren que México tome nota y copie algunas de sus jugadas energéticas.

Pero eso no es todo:
También se metió al debate el director de la CONUEE, Israel Jauregui Nares, quien recordó que antes de andar instalando más paneles solares como si fueran antenas de Sky, hay que optimizar lo que ya se genera. A esto le llaman “desempeño energético” (traducción: que la energía no se desperdicie).
Jauregui también sacó a relucir la norma ISO 50001, que ya es obligatoria para empresas que consumen más de 45 GWh al año.
¡Y la energía nuclear también se subió al tren!
Ivan Dybov, de Rosatom Global, hizó una intervención digna de película de ciencia ficción: aseguró que la energía nuclear de hoy es segura, eficiente y lista para entrarle al quite en la transición energética mexicana. Mencionó proyectos como la Central Nuclear Laguna Verde y dejó caer la bomba de información de que hay planes para más plantas nucleares… con tecnología rusa.
Entonces, ¿hay romance México-Rusia en puerta?
Todo apunta a que sí. Interés hay, recursos también y el potencial es brutal. Si esta relación energética cuaja, podríamos estar hablando de una nueva era para el sector en México.



