Ley de Telecomunicaciones México: ¿Censura digital o transformación tecnológica?

Se ha aprobado la reforma a la Ley de Telecomunicaciones, la cual ha causado gran polémica y debate en el sector político y social. La oposición ha llamado a esta nueva ley la “Ley Censura” ya que consideran que es una medida que atenta la privacidad, libertad de expresión y autonomía. Mientras tanto, el gobierno en turno ha defendido la reforma, argumentando que no habrá espionaje.
Pero, ¿Qué propone la reforma?
Mucha de la polémica causada por la nueva ley ha sido por desconocimiento de la reforma y lo que propone, si bien es una ley que raya la línea de la seguridad con la de la privacidad, es importante estar totalmente informados de las características y cambios que esta ley traerá.
Esta nueva ley propone:
- Sustituir al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) por la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT).
- Ampliar la cobertura de internet a zonas marginadas y alejadas.
- Busca proteger a las audiencias, pudiendo dejar quejas de contenido falso o engañoso.
- Exige a los concesionarios de telefonía colaborar con las autoridades para la intervención de dispositivos.
Con esto, las autoridades buscan la regularización del internet y una protección para las audiencias en contra de la desinformación. Cabe destacar que la versión final de la reforma incorporó modificaciones al dictamen original, entre las que se encuentran:
- Se eliminó el artículo 109, que permitía suspender plataformas sin orden judicial.
- Se retiró la facultad de geolocalización en tiempo real sin autorización judicial.
Entonces, ¿Por qué es llamada “Ley Censura”?
La oposición ha argumentado que estos cambios, dan más control al poder ejecutivo sobre las telecomunicaciones e información y al quitar el IFT no hay contrapesos que puedan nivelar a las instituciones. Dicen que el gobierno en turno tendrá a su disposición a medios y plataformas digitales, lo que significaría una amenaza a la libertad de expresión.

Sin duda, las dos vertientes tienen argumentos sólidos para apoyar o desaprobar la nueva ley. Aunque se argumenta por parte del gobierno que es una ley que busca garantizar el acceso universal a internet, proteger a las audiencias y fortalecer la soberanía digital del país, la oposición insiste en que estas medidas podrían abrir la puerta a un “Estado espía” y a la concentración de poder en manos del Poder Ejecutivo.
Mientras la presidenta argumenta: “Lo que queremos es construir un país seguro, en paz, entonces una intervención telefónica solamente la puede aprobar un juez por Constitución y por leyes, en ningún momento se está espiando a nadie”, algunos expertos afirman que vulnera la privacidad de los ciudadanos.
El senador del PAN, Ricardo Anaya, advirtió que lo que busca esta reforma es concentrar el poder de los medios en el gobierno y que ellos decidirán qué contenido se transmite o no, lo que da cancha a que no siempre se diga la verdad en los medios de comunicación.
Una reforma que promete inclusión digital, pero deja preguntas abiertas sobre el poder y la vigilancia.
Una ley controvertida, que busca una modernización en la tecnología y un México más conectado, pero como en todo las letras chicas deben leerse, si bien, propuestas de esta reforma son beneficiosas para la población en general, cambios en el órgano que regulará las comunicaciones son las que dejan dudas de quién y cómo podrán acceder a nuestra información. Esta no sería la primera vez que un gobierno mexicano es acusado de espiar a sus ciudadanos, ya que en el pasado se adquirió un software de inteligencia que intervenía dispositivos móviles.
La cuestión no es lo que dice la ley en el papel o lo que dice el gobierno en turno o su oposición, la cuestión es, cómo se aplicará en la práctica y cuáles son los verdaderos fines, ¿Qué todos tengamos información de calidad y veraz? o ¿Que todos estemos espiados y que solo se diga lo que conviene que se diga?

El debate está abierto, ya es una realidad legal, aprobada por la Cámara de Diputados después de los cambios que mandaron los senadores y ya fue enviada al Poder Ejecutivo para su publicación en el Diario Oficial de la Federación. Esta nueva ley podrá cambiar las reglas del juego y transformar los medios y la tecnología en México.
Porque en el fondo, lo que está en juego no es solo el acceso a la tecnología, sino también el poder de decidir qué se escucha, qué se calla y quién vigila al que vigila.



