El amor y el desamor son experiencias universales que, aunque a menudo las asociamos con el corazón, tienen su origen en el cerebro.
Es que cuando ves a esa persona y algo sucede que comienza a interesarte más, a volverse especial, puede que esté encendiéndose la chispa de los enamorados, ¿seguro que solo sientes mariposas en la panza? Cuando nos enamoramos, se activan hasta 12 áreas del cerebro, liberando neurotransmisores como dopamina, oxitocina y serotonina, que generan sensaciones de euforia y bienestar. Esta activación es tan poderosa que algunos estudios la comparan con los efectos de sustancias como la cocaína, debido a la intensa sensación de recompensa que produce. El Dr. Eduardo Calixto, en su obra “Amor y desamor en el cerebro”, nos guía a través de los procesos neurobiológicos que subyacen a estas emociones, ofreciendo una perspectiva científica y accesible sobre cómo nuestro cerebro responde al amor, el deseo y la ruptura.
El Dr. Calixto explica que durante el enamoramiento, el cerebro libera una combinación de sustancias que nos emocionan y nos hacen adictos, así como lo lees, esas sustancias son endorfinas, encefalinas, adrenalina, dopamina y oxitocina. Sin embargo, esta “fiesta neuroquímica” también puede nublar nuestra objetividad, haciéndonos ver solo lo que queremos ver en la otra persona, en pocas palabras el mix químico del enamoramiento te hacen una persona con menos lógica, más boba, que mide menos los riesgos.
Ahora, eso es lo que sucede en tú cuerpo y cerebro químicamente, pero Calixto también nos regala una exploración entre los diferentes tipos de personalidades en las relaciones, están los siguientes:
- Manipuladores: Personas que buscan controlar a su pareja para satisfacer sus propias necesidades.
- Violentos pasivos: Individuos que expresan su agresividad de manera indirecta, a través de la indiferencia o el sarcasmo.
- Mentirosos compulsivos: Aquellos que mienten de manera habitual, incluso sin una razón aparente.
- Codependientes: Personas que dependen emocionalmente de su pareja, sacrificando su propia identidad.
- Infieles: Individuos que buscan relaciones fuera de su compromiso actual, ya sea por insatisfacción o por búsqueda de nuevas experiencias.
- No se trata de tachar a alguien de algo, pero sí de identificar características que nos ayuden a conocer desde dónde estamos construyendo el amor, porque hay que aclarar que no es lo mismo estar en la etapa del enamoramiento (el proceso de amar) a estar enamorado (cuando decides que sí amas con todo y todo, lo bueno y lo malo).
Ahora, ¿es drama o el desamor duele?
Al igual que el enamoramiento, el desamor tiene un impacto significativo en nuestro cerebro. La ruptura de una relación puede activar áreas cerebrales asociadas con el dolor físico, volviéndolo aún más real y palpable, lo que explica por qué el desamor puede ser tan doloroso para algunos. Además, la disminución de neurotransmisores como la dopamina y la oxitocina puede llevar a sentimientos de tristeza y depresión.
¿El helado ayuda? ¡Claro que sí! pues al comer dulce es una necesidad de tu cuerpo para generar endorfinas que han dejado de liberarse porque el estímulo (la persona amada) ya no está. Entonces se vale perfectamente comer helado y chocolates.
El Dr. Calixto señala que, tras una ruptura, el cerebro entra en un proceso de adaptación donde busca restablecer el equilibrio neuroquímico. Este proceso puede variar en duración e intensidad según la persona y las circunstancias de la separación.
Ahora ya sabes un poquito más sobre el amor y sus efectos en ti, es perfectamente normal sentirte en las nubes y como que todo es posible cuando estas recién con la persona que te atrae, pero nunca olvides que cuando eso sucede, la lógica se ha ido y quizá tus acciones serán muy impulsivas, así que si se animan a comprar un vuelo a Las Vegas para casarse junto a Elvis, tal vez sea buena idea postergar un poco la decisión si aún están dentro de los primeros 8 meses de relación… créeme que nos escribirás agradeciendo…
